Comprar muebles suele ser motivo de alegría, la felicidad nos llena y al llegar a la tienda todo nos parece maravilloso, desde las piezas de acabado vintage hasta los muebles más vanguardistas, en este momento…

¡Es cuando se pierde la ilusión! Todo nos gusta y nos llevaríamos la tienda entera si pudiéramos, sin embargo, no podemos y empiezan las dudas.

En el mejor de los casos lo dejamos para otro día, en el peor nos llevamos un mueble que no encaja con los demás de la casa o acabamos comprando una habitación que se veía muy bien en el amplio espacio de la tienda, pero que no favorece en nada a nuestro pequeña estancia.

Estos momentos se viven solo porque no nos hemos parado a pensar previamente, y de la manera adecuada, en la mejor forma de elegir los muebles para nuestro hogar, a continuación, te contamos cómo hacerlo para que en tu próxima visita a la tienda de muebles, física o virtual, vayas ¡A tiro hecho!

Cómo elegir los mejores muebles para ti

¿Cuáles son tus necesidades?

Lo primero es crear una lista con lo que realmente NECESITAS y ¡Cuidado! Necesitar no es lo mismo que querer:

Para ello empezaremos creando una lista de los muebles esenciales que NECESITAMOS, al lado de cada mueble indicaremos las características que NECESITAMOS para ese mueble en concreto. Para entender mejor este último punto vamos con el apartado del sofá:

  • Necesitamos que sea cómodo: No queremos acabar con una contractura nueva cada fin de semana.
  • Si tenemos niños o mascotas precisamos que sea resistente.
  • En función de nuestro salón y el número de personas que lo usarán el sofá deberá ser grande o por contra deberá ser pequeño…

Estas son algunas de las características necesarias que tendría nuestro sofá ideal, al llegar a la tienda solo podremos fijarnos en los que cumplan con esta checklist de imprescindibles. Una vez detectadas nuestras necesidades, apuntaremos justo al lado nuestros gustos:

Tus gustos

Siguiendo el ejemplo del sofá:

  • Queremos un sofá que aporte color (Por ejemplo, aquí siempre hablamos de ejemplos) Imagina que has apostado por un salón ultra luminoso con las paredes blancas, y quieres que el toque de color lo aporte el sofá. Entonces este será un requisito básico.
  • Prefieres tejidos naturales: Lino, algodón…
  • Te gustan más los sofás que son de un solo color y no incluyen líneas ni estampados.

Ahora que tenemos bien definidos nuestros gustos y necesidades toca pasar al siguiente punto:

Ergonomía y acabados

Podemos definir la ergonomía como la adaptabilidad de los sistemas a las capacidades físicas y mentales de las personas. ¿Suena complicado? Para nada, vamos a seguir el ejemplo anterior del sofá y verás cómo lo entendemos enseguida:

  • El sofá de tus sueños debe ser confortable: Permitiendo estar en posición sentada y tumbada siempre que lo necesites.
  • Forma ergonómica: Tanto del asiento como del respaldo, un ejemplo claro es tener un respaldo lo suficientemente alto como para poder sentarse con comodidad.
  • El acabado debe ser resistente y casar a la perfección con el resto de muebles y con los demás objetos decorativos de la habitación, incluyendo las paredes si no tenemos pensado cambiarlas.

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